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#Comms. El futuro de las noticias

Las audiencias pierden el interés en las noticias y dedican cada vez más tiempo a las diversas formas de entretenimiento que ofrecen los dispositivos móviles: un desafío para los medios dedicados a informar sobre la actualidad. Quizá la solución requiera de una creatividad hasta ahora no del todo ejercitada.


#Comms. El futuro de las noticias
#Comms. El futuro de las noticias. Por Juan Iramain. Ilustración: gentileza de GM+AI

Desafío. El Reuters Institute que, junto con la Universidad de Oxford, publica regularmente su estudio sobre el consumo de medios en distintospaíses del mundo, dio a conocer recientemente los resultados sobre la Argentina. Después de alertar sobre el enfrentamiento de Javier Milei con parte de la prensa y de destacar el uso intensivo de las redes sociales que hace el Presidente —cada vez hay menos mediación entre los líderes y la gente en casi todo el mundo—, les llegaron el turno a los datos. Los números hablan.

 

La confianza en los medios continúa cayendo lenta pero persistentemente: pasó del 39% en 2017 al 30% en 2024. El fenómeno hace juego con el desplome del consumo de noticias a través de cualquier medio en el mismo período: en redes pasó de 75% a 59%, en TV de 80% a 54%, en medios online de 90% a 54%, y en medios impresos, de un decente 45% hace siete años a un modestísimo 14% en 2024. Ya no se trata de si la gente confía o no en los medios, sino de la falta de interés por lo que los medios cuentan. Hastío.

 

El estudio del Reuters Institute arroja más datos que acá quedan de lado por razones de foco. Lo que sigue son posibles interpretaciones de algunos de sus hallazgos:

  • Círculo vicioso. La confianza en los medios —que son los principales generadores de noticias— viene cayendo desde hace años y ahora están dejando de interesar las noticias, vengan de donde vengan. El producto quedó contaminado: como si la mala fama del panadero, al final, hiciera caer el consumo de pan, sin importar quién lo venda.

  • Competencia desleal. La migración del papel a los soportes digitales es masiva. Y dentro de ellos, a los teléfonos inteligentes. Antes, los diarios competían por la atención de las audiencias contra opciones que vivían en otros soportes. Hoy, la misma pantalla contiene series, películas, posteos de influencers, juegos, música y una infinidad de opciones. Un parque de diversiones en el que las noticias llevan las de perder.

  • Sesgo de confirmación. Podían ser múltiples las razones para consumir noticias en el pasado. Una de ellas, estar mejor informados: acercarse lo más posible a la verdad. En sociedades altamente polarizadas, las expectativas cambian: basta con unos pocos datos que confirmen lo que ya pienso y algunas opiniones —coincidentes con la mía— que refuercen mis argumentos. Poco, pero funcional. Y el resto del tiempo, Netflix, YouTube, Instagram, Spotify o Candy Crush.

Ya está dicho muchas veces: el desafío de los medios es entretener a la vez que informan. Si no, las audiencias se van. A menos que los chicos volvieran a desarrollar la capacidad de mantener la atención por unos minutos, a cuestionarse lo que les dicen, a hablar y escribir con claridad. Si así fuera, podría haber una esperanza para los medios de noticias.

 

Quizá su supervivencia dependa de algún tipo de intersección entre el sistema educativo y la IA que sea capaz de producir audiencias cuyos cerebros no colapsen cuando se les pida unos minutos de atención. El tiempo dirá.


Por Juan Iramain

Partner y Director en INFOMEDIA

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