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RIESGO POLÍTICO: QUÉ MIRAR DE CARA AL 2021

Por Juan Iramain para DIRCOMS Net. Financiero, económico, ambiental, legal, operacional… Los tipos de riesgos que enfrentan las empresas son múltiples, pero hay dos que competen de manera directa al área de asuntos públicos: el reputacional y el político. Además de gestionarlos, hay que empezar por explicarlos.

La lupa en el riesgo político. Cada día se presta más atención al riesgo reputacional y al político. La reputación abre o cierra puertas: hace a las empresas atractivas para empleados, clientes, proveedores, asociaciones, bancos y una enorme variedad de públicos, o las convierte en parias. Nada se oculta a los ojos de Google.

El riesgo político depende menos de las empresas. Es la posibilidad de que las decisiones de un gobierno altere, para peor, el clima de negocios. Cuando no se puede atenuar esa contingencia, al menos hay que poder explicársela al directorio o al senior management. Hoy, algunas casas matrices empiezan a pedir orientación sobre la Argentina de 2021. Aunque falta un siglo, lo que se puede decir es qué variables hay que mirar para vislumbrar el futuro:

  • Situación económica. La profundización de la crisis complica al gobierno. La lupa está en dos datos: cuándo la economía tocará fondo y cuán vigoroso será el rebote. Una mejora palpable tres o cuatro meses antes de las elecciones da chances al gobierno. Si llega más tarde, no le alcanza.

  • Situación sanitaria. El mal humor que produce la larga cuarentena sólo podría atenuarse si la cantidad de víctimas fatales se ameseta. Si no, la sensación de fracaso en el manejo de la pandemia empezará a hacerse masivo, con consecuencias electorales casi seguras.

  • La dinámica entre las fuerzas de la coalición del gobierno. Si cobra mayor fuerza el peronismo clásico, crecen las chances de captar el voto moderado y hacer una buena elección. Si prevalece el kirchnerismo, como hasta ahora, sólo se fideliza el núcleo duro. Con eso no alcanza para ganar.

  • La dinámica entre las fuerzas de la oposición. Con desmembramientos menores, Juntos por el Cambio se mantiene unido hasta ahora. Sus chances de éxito dependen de si logra que sigan conviviendo halcones y palomas. Unos representan a los que rechazan sin matices al gobierno, otros a los independientes desencantados. Ambos se necesitan. Si se excomulgan mutuamente, pierden.

  • ·Reforma judicial. Un punto de inflexión. Si se aprueba en la Cámara de Diputados, el gobierno se anota una victoria política importante y CFK mejora sus perspectivas futuras. Si no pasa, la oposición se hace fuerte y consolida la sensación de que unida, puede.

Negociación de la deuda con el FMI, inflación, desempleo, inseguridad... Múltiples variables que complejizan el mapa, más la siempre latente posibilidad de que aparezca un cisne negro. Otra vez, un sherpa atento se hace imprescindible.





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