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TRES PREGUNTAS A RICARDO INTI ALPERT

Por Juan Iramain para DIRCOMS Net.

Con experiencia en el sector público y en el privado, es un innovador, emprendedor social y experto en financiamiento de desarrollo urbano y emprendimientos productivos. Es Coordinador General en Consultora Tecnopolítica.  


¿Podrías dimensionar el problema habitacional de Argentina? ¿Cuántas personas o familias carecen de una vivienda digna? No hay que olvidar que la Argentina es el primer país del mundo, y quizá el único, que se constituyó para ser habitado por todas las personas de buena voluntad que quisieran venir. Por eso vino mucha gente. Hay unas veinte millones de personas en la Argentina que viven en una vivienda que no es propia, no tiene la suficiente amplitud, no es nada agradable, o está en un barrio sin los servicios básicos de agua potable, cloacas, etc. De esos veinte millones, hay ocho millones que viven muy mal, fuera de cualquier proceso virtuoso de acumulación de capital original: no pueden pintar una pared y que sea suya. Los otros doce millones tienen grados distintos de precariedad. En la Argentina, con la tierra que tenemos, esto es particularmente innecesario.


¿Cómo se resolvió esto en el resto del mundo? ¿Quién lo hizo bien? “Bien” es una categoría muy histórica, cultural. Alguien podría decir que lo resolvieron bien China, Singapur o los Emiratos Árabes. Pero si nos comparamos con los países con los que solemos identificarnos, digamos que lo resolvieron bien los Países Bajos y los nórdicos. Los bomberos holandeses, en 1904 organizaron en Amsterdam el primer fideicomiso de producción de suelo urbano y vivienda, y generaron un modelo de ordenamiento muy interesante que luego adoptó Inglaterra, y después Francia, Alemania e Italia. Quizá el mejor caso es el de Rotterdam. Cuando uno ve las fotos de cómo estaba y mira cómo está ahora, se da cuenta de que hay una oportunidad para el conurbano bonaerense o el gran Rosario.


¿Qué nos impide hacerlo así? La gran diferencia entre la Europa desarrollada y nosotros es que piensan el territorio desde el financiamiento de proyectos y nosotros como problema. Para los Países Bajos, ganarle tierra al Mar del Norte es una oportunidad económica. Piensan en cuánto va a valer ese sector de los Países Bajos si se hace esa obra. Y si va a valer más de lo que cuesta, buscan cómo financiarlo. Nosotros armamos una caja a partir de lo que consideramos una renta extraordinaria y después decidimos qué obra hacemos. Se hacen las viviendas con el presupuesto que sobra de educación, salud o lo que sea. Ellos piensan cuánto valen sus ciudades con una red de subte, cuánto pueden aportar las familias para financiar las viviendas. La solución va por entender de otra manera los problemas públicos no estatales.




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